Buenas
He probado una nueva receta para la masa de galletas decoradas y me quedo con esta. Me da la sensación de que sabe menos a harina y la textura me gusta bastante más. Así que a partir de ahora esta versión ha derrocado a la anterior en mi cocina.
La receta la tomé del marivolloso blog de Mensaje en una galleta. No sé si modifiqué algo la receta, creo que sólo en el aroma empleado.
Vamos a los ingredientes:
- 225 grms de mantequilla a temperatura ambiente
- 150 grms de azúcar glass
- 1 huevo a temperatura ambiente
- 420 grms de harina tamizada
- 2 cucharaditas de azúcar vainillado
- una cucharadita de sal
- aroma de mantequilla (yo utilizo el de Deco relief. Ya se puedo comprar on line aquí. Todos los aromas de esta marca me encantan)
Empezamos batiendo con las varillas la mantequilla con el azúcar, la sal y el azúcar vainillado. Tenemos que batir los suficiente como para que la mezcla blanquee y quede esponjosa. Añadimos el huevo y batimos bien. Ahora le toca al aroma y luego echamos la harina en dos veces. Llegará un momento en que tendremos que cambiar las varillas por los brazos amasadores, porque la masa estará ya muy compacta. Y llegará otro momento en que tengamos que sacarla del bol y seguir amasando sobre la mesa de trabajo con las manos, previamente rociada con harina tamizada para que no se nos pegue.
Yo lo que hago ahora es hacer dos bolas con la masa y envolverlas en papel film dejándolas descansar toda la noche en la nevera.
Al día siguiente saco la masa unas horas antes de la nevera para que se ablande un poco y la extiendo sobre un papel vegetal con un rodillo que tengo de altura maravilloso de Joseph (las dejo a 6 mms). Con esto nos aseguramos de que todas queden del mismo grosor y se nos hagan igual por todos los lados.
Una vez la masa extendida procedemos a cortar las galletas con el cortador elegido y las vamos pasando a la bandeja donde las hornearemos.
Metemos la bandeja en la nevera mientras se nos calienta el horno que encenderemos a 180º. Una vez calentado metemos las galletas recién sacadas de la nevera. Yo las dejo en el horno unos 12-15 minutos pero depende del horno y hay que estar pendiente para que no se nos doren demasiado. Las sacamos y dejamos enfríar sobre la bandeja unos 15 minutos. Apagamos el horno y las volvemos a meter con el horno apagado unos 20 o 25 minutos, mientras el horno va perdiendo su calor.
De esta manera les quitamos la humedad que les podía quedar y durarán más tiempo crujientes.
Las sacamos del horno y cuando se enfríen un poco las traspasamos a una rejilla enfriadora.
Cuando están bien frías las podemos meter en un recipiente hermético hasta que vayamos a decorarlas, o bien podemos comernóslas tal cual sin esperar porque están buenísimas.
Con esta masa las formas de las galletas quedan más definidas que con la otra masa que suelo utilizar. Suben menos en el horno, por lo que mantienen mejor su forma original. Y el sabor también me gusta bastante más que la otra.
Ya me contaréis que os parece a vosotros si lo probáis.
Como siempre muchas gracias por estar aquí conmigo.
Millones de besos
Marisa